Dos niños de la pequeña ciudad se enamoraron.
Uno se quedó atrás.
Uno se fue a la guerra.
Él volvió un hombre.
Un hombre roto, solitario y desesperado en busca de una cosa para aliviar su dolor.
¿Puede Dylan perdonar a George por dejarlo?
¿Puede el amor apagar el dolor?
La prueba es la forma en que duele.
No soy una gran admiradora de criticar cruelmente una historia, por mucho que me hubiese decepcionado.
Así que me limitaré a señalar algunos puntos que, a mí —como lectora— no me terminaron de gustar del todo.
- Este libro es una versión extendida de un relato corto de la autora. Eso lo menciona una nota antes del primer capítulo, y, aunque no lo hubiesen dicho, se nota la conclusión original. La historia concluye a la mitad de este libro, de ahí, para adelante, es puro relleno que no le aporta nada a los personajes.
- El conflicto expuesto en la sinopsis se resuelve en el primer capítulo. Y este comentario complementa a lo antes mencionado. El resto fue relleno.
La autora intentó incorporar al final la resolución a un drama familiar que no se desarrolló lo suficiente en el resto del libro. ¿Uno de los protagonistas detesta a su padre y cree que su madre debió apoyarlo más? Pues, vamos a incorporar en las ultimas páginas una visita inesperada, y unas disculpas sosas.
Pero ya que me gusta verle el lado positivo a todo, debo decir que la escena explicita entre los protagonistas estuvo bien. Curiosamente fue lo más emotivo. Dos viejos amantes que se vuelven a reencontrar. Para mí, estuvo bien ejecutada.
Y eso es todo lo que puedo decir de esta historia. Les recomiendo leerla si están buscando algo breve para pasar el rato. O, si están a punto de hacer una versión extendida de un mini-relato que han escrito, y desean leer un ejemplo de cómo no siempre es una buena idea intentar alargar una historia que no da para más.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario